Opinión: La importancia de incorporar mujeres en las TIC

A lo largo de la historia, la relación de las mujeres con las TIC ha sido variada. Desde aquellas que se relacionan diariamente con las tecnologías de la información y la comunicación, pasando por las que no las utilizan, ya sea por desconocimiento o simplemente no tienen interés en utilizarla.

Por Marcelo Román, Gerente General ACTI

Con el desarrollo del Internet y herramientas TIC, pareciera ser que el interés es mucho mayor de lo que era hace 10 años. Sin embargo, esta atracción hacia las tecnologías no se materializa respecto a la incorporación de las mujeres a trabajos y labores relacionadas. Bajo esta premisa, en Chile, el 95,5% de la industria TI está conformada por hombres y el 4,5% restante, por mujeres.

La brecha digital de género, empeora las diferencias profesionales y laborales en general, las cuales tienen consecuencias en términos de ingresos, estabilidad en el empleo, reconocimiento profesional, entre otros. Esto claramente produce un desaprovechamiento de las TIC para la corrección de las propias desigualdades, retrasa el despegue y desarrollo de nuestro país, desaprovechando las oportunidades que la era digital nos entrega, en las que las que tanto los hombres como las mujeres tenemos un rol importante que cumplir.

Un mayor uso de las TIC podría incentivar a que las mujeres tomen parte activa en redes de apoyo, accedan a nuevos trabajos y oportunidades y participen en iniciativas de aprendizaje interactivo. En base a esto, es clave que las mujeres se integren en los distintos procesos para generar esa diversidad necesaria, especialmente en tecnología donde, en concreto, se crean soluciones a problemas donde muchas veces se extraña la perspectiva que aportan las mujeres en este ámbito.

Sin embargo, en cuanto a brecha de género, aún hay mucho por hacer. Ejemplo claro de esfuerzos que buscan reducir las diferencias entre hombres y mujeres desde la infancia. Hoy, son las propias tiendas de juguetes que han unificado su mercado, evitando la separación de pasillo celeste – niño / pasillo rosado – niña, así como también el sesgo evidente de regalos en la infancia, donde en el caso de las mujeres se concentran en las muñecas por sobre los legos. Pueden parecer medidas simplistas, pero que evidencian la forma y valores sobre los que educamos y moldeamos a las futuras generaciones.