Crece el uso de cajeros y terminales punto de venta en la región
|En América Latina el grado de inclusión financiera es todavía moderado, con apenas un 51% de los mayores de 15 años titulares de una cuenta de ahorro en una entidad financiera formal en 2014 (39% registrado en 2011) y aún menor en los hogares con menos recursos (41%).
El uso de los cajeros automáticos (ATM) y terminales punto de venta (POS) en América Latina han registrado un notable ascenso durante los últimos años, según el último Estudio sobre Medios de Pago realizado por Tecnocom. Esta tendencia contrasta con la situación que se vive al otro lado del Atlántico, donde el uso de estos sistemas está en retroceso desde el inicio de la crisis económica, especialmente con la disminución de la red de sucursales de los sistemas financieros español y portugués.
En Chile, la red de ATM ha experimentado dos años de reducción –un 10,4% en 2014-, mientras que en el resto de países latinoamericanos la tendencia es al alza.
Perú se mantiene como el país que contabiliza un mayor crecimiento de cajeros en el periodo, pasando de 4.446 unidades en 2009 a 12.226 en 2014, lo que supone una tasa de crecimiento en el último año del 49%, y un crecimiento anual compuesto para ese periodo con un 22,4%, tasa que duplica la registrada por el resto de países latinoamericanos analizados, que se situaron entre el 1% (Chile) y el 9% (Colombia).
Brasil es a todas luces el país con mayor número de cajeros automáticos y de POS dentro del grupo analizado. De hecho, los más de 199.441 dispensadores instalados en Brasil le convierten en uno de los principales mercados de cajeros automáticos a nivel mundial, junto con EE.UU., China y Japón. España y Portugal siguen reduciendo su red de cajeros, lo que se refleja como una tendencia iniciada en 2008 en el caso de España y en 2011 en el país luso.
La Figura 15 pone de manifiesto una evolución creciente de POS, aunque dentro del grupo de países representados existen diferencias notables: mientras México anota una tasa de crecimiento anual compuesta por un 11,4% desde 2009, alcanzando los 765.200 terminales en 2014, Colombia registra una tasa de 18,9%, aunque sus 328.774 terminales lo sitúan a una distancia importante del país azteca en términos absolutos. Brasil, con casi 4,5 millones de POS y un crecimiento del 7,4% en el periodo, lidera con gran distancia también en este indicador, aunque en el último año apenas aumentó el parque de POS.
En España, se observa un notable cambio de tendencia, muy probablemente debido a un mayor impulso en el negocio de adquirencia desarrollado por las entidades financieras: a pesar de que en el periodo 2009-2014 el crecimiento fue negativo (-1,8%), en 2014 el número de POS habilitados en el país ha aumentado un 6,6% hasta los 269.600 dispositivos. Algo similar ha ocurrido en Portugal en este mismo periodo, donde también desde 2010 se venía observando una reducción del número de POS en el país.
Tal y como se puede apreciar en la Tabla 6 y en la Tabla 7, el incremento del número de puntos de acceso ha contribuido a elevar el número y el valor de las transacciones en el periodo. Nuevamente Perú es el país que acumula un mayor crecimiento en número (+42,8%) aunque no así en valor (+19,6%) de las operaciones realizadas en cajeros automáticos. Chile muestra un mayor crecimiento en términos de valor (+25,1%), y próximo a Perú en términos de número de operaciones (+22,5%). En este contexto, conviene tener presente que se trata de dos países que parten de una base inferior a la de otros como Brasil o México, que manejan un volumen de operaciones varias veces superior.
España reproduce la tendencia expuesta en las tres últimas ediciones de este informe, registrando una caída en el uso de cajeros automáticos durante el periodo considerado (-4,3%). En total, los clientes bancarios retiraron EUR 111.400 millones de los cajeros durante 2014 (de media, EUR 2.367 por habitante), una cifra equivalente en términos nominales a las de 2012 y 2013, que replicaban la registrada en 2006. Por su parte, la reducción significativa del número de sucursales bancarias, donde se localizaban muchos de los cajeros, también ha influido negativamente en su uso. Al respecto, mientras que en 2009 había instaladas 61.374 máquinas, esta cifra se redujo hasta las 50.441 en 2014, un 17,8% menos, según datos del Banco de España.
Sin embargo, la tendencia sí ha cambiado en el comportamiento del volumen de compras con tarjeta que se realizan a través de los terminales de punto de venta de los comercios. Aumenta en España tanto el número de operaciones en POS (+8,5% en 2014) como el valor (+7,5%), contribuyendo a que en el periodo 2009-2014, la evolución mantenga el signo positivo tanto en número de operaciones (+4,3%) como en el valor de las mismas (+3,8%), revirtiendo una tendencia lastrada desde 2007.
En lo que respecta a Portugal, a finales de 2014 la red de ATM constaba de 12.701 cajeros automáticos y alrededor de 269.600 POS, lo que representa una caída anual del -2,0% en cajeros y un aumento del 5,1% en POS, en línea con lo observado en España. Portugal registró en 2014 un aumento en el número de operaciones de pago realizadas con tarjeta a través de POS (+3,3%), manteniéndose estable el monto promedio por transacción (USD 53,92). En número de plásticos, tal como vimos, Portugal frenó la caída en 2013, último año con registros decrecientes.
Un canal clave para facilitar la bancarización de la población y la consiguiente extensión de los medios de pago en la región de América Latina y Caribe es el protagonizado por los corresponsales no bancarios.
En América Latina, si bien ha mostrado una mejora significativa en los últimos años, el grado de inclusión financiera es todavía moderado, con apenas un 51% de los mayores de 15 años titulares de una cuenta de ahorro en una entidad financiera formal en 2014 (39% registrado en 2011) y aún menor en los hogares más pobres (41%). Solo el 28% de los adultos realizan pagos con tarjeta asociada directamente a su cuenta, lo que denota la infrautilización de los plásticos emitidos en la región para su uso como medio de pago de importes de bajo valor. De hecho, el 61% de los adultos de la región siguen pagando sus facturas de servicios básicos en efectivo, lo cual no es solo motivado por la preferencia del agente pagador, sino también por las facilidades que para ello establezca el agente recaudador (p.e. POS).
Colombia supera por primera vez a Brasil en el número de corresponsales en relación a la población (ver Figura 16), registrando un crecimiento cercano al 100% en el último año. Brasil, referente global en este ámbito en número absoluto de corresponsales que se encuentran presentes en el 99% de los municipios del país, ha moderado significativamente su crecimiento en los últimos dos años. Muy cerca se encuentra Perú, donde la práctica totalidad de municipios se encuentran cubiertos gracias al ritmo de extensión de las redes de corresponsales, que en 2014 se vieron ampliadas en un 65%. México, en contraste, avanza a un ritmo mucho menor en la extensión de la red de corresponsales bancarios (5,9%) a pesar de tener un largo recorrido por cubrir para garantizar el acceso en todo el territorio con población. República Dominicana autorizó la figura de subagente bancario en 2013, y en 2014 ya ha sido testigo del establecimiento de esta nueva figura, con tasas de crecimiento que permite al país, en tan solo un año, aproximarse a la cifra de puntos por 1.000 habitantes disponibles en México, donde esta figura fue autorizada en 2010.
Para los responsables de las políticas públicas de estos países, el reto sigue siendo hoy en día conseguir utilizar la figura del corresponsal no bancario como punto de entrada efectiva al sector financiero formal, en la medida en que la mayoría de los usuarios de los corresponsales no se encuentran dentro de él.