La IoT y la “Nueva Era” de los Datos en las Empresas

Aunque inicialmente la Internet de las Cosas es vista por las empresas como un factor de reducción de costos, lo cierto es que estas tecnologías, junto con las herramientas del Big Data, tendrán un impacto directo en el negocio. Antes de eso, deben enfrentar retos técnicos para almacenar y gestionar esos datos.

Al hablarse de Internet de las Cosas (IoT, por su sigla en inglés) lo primero que impresiona son las cifras que involucra en lo que a dispositivos conectados se refiere, dado su vertiginoso aumento. Según la consultora internacional IDC, para el año 2020 habrá 30 mil millones de dispositivos conectados a la red, cifra que a nivel latinoamericano, ascendería ese año a los 600 millones de dispositivos.

Más allá de las cifras, la ola de transformaciones que trae aparejada la IoT es la cara más impactante de esta tendencia, ya que obliga a las organizaciones a renovar sus estrategias para estar a la altura de los retos. “La IoT es, ante todo, información: datos y más datos fluyendo entre máquinas, sensores, dispositivos y cosas que permitirán automatizar procesos, tomar decisiones más rápidas y eficientes. Esto plantea importantes desafíos para las empresas y organizaciones respecto de cómo gestionar, almacenar y asegurar esos datos”, comenta Mauricio León, Director Comercial de Hitachi Data Systems en Chile.

El ejecutivo añade que la IoT supone para las organizaciones la tarea de integrar los datos provenientes desde activos remotos –incluso geográficamente– y dispersos  con el flujo de información habitual de sus data centers y, a la vez, gestionar todo en forma centralizada. “Este solo hecho es un desafío para la áreas de TI, ya que se debe integrar estos nuevos datos para lo cual se requiere de una arquitectura,  conectividad e infraestructura adecuadas, con el fin de soportar ese flujo de datos, resguardarlos apropiadamente y a la vez tener la capacidad para analizarlos en tiempo real, para que sean determinantes en las operaciones, procesos y toma de decisiones”.

La IoT se presenta como una realidad más tangible hoy en ciertos sectores o tipos de empresas, ya que están adoptando tecnologías asociadas a ella desde hace más tiempo, destacando el sector manufacturero, el de transporte y el de servicios públicos o utilities. Estos últimos, según Gartner, tomarán la delantera a nivel global en 2020, seguido por manufactura y Gobierno. “Hay que pensar que la automatización es una de los más importantes beneficios asociados a la IoT, por ello, empresas de servicios de electricidad, gas o agua, por ejemplo, adoptarán en forma más acelerada estas tecnologías, las cuales tendrán un fuerte impacto en la vida de las personas y en la innovación social”.

Sin embargo, en el futuro  cercano, todas las organizaciones de una manera u otra, ya sea en su cadena de valor o en la relación con sus clientes tendrán algún nivel de asociación con las tecnologías de la IoT. “Hasta ahora, la Internet de las Cosas está enfocada principalmente en reducir costos, a través de, por ejemplo, el mantenimiento predictivo o la reducción de gastos energéticos, pero corresponderá a cada organización ir descubriendo –y capitalizando–  las oportunidades que estás tecnologías le brindarán para mejorar su negocio, a través de la optimización de procesos e incluso de la creación de áreas que generen nuevos ingresos”, subraya el ejecutivo de Hitachi Data Systems.

Una Nueva Era

León explica que los requerimientos y oportunidades de la IoT se dan en el contexto del Big Data, concepto que se refiere a los datos digitales creciendo exponencialmente en todo el mundo.  “La Internet de las Cosas sumada al Big Data plantean un desafío no sólo desde el punto de vista del volumen de datos, sino también de cómo almacenarlos y aprovecharlos en beneficio del negocio.  En el fondo, estamos en presencia de una nueva era para las empresas a partir de la integración de esos datos: el paso desde un enfoque de la información vista como un factor histórico hacia uno que mira más bien hacia adelante, es decir, le da un carácter predictivo”.

Desde ese punto de vista, existe un reto inmediato en cuanto a la capacidad para gestionar un volumen de datos cada vez mayor, con el agregado de que éstos provendrán desde fuentes muy diversas. “Los datos no estructurados externos -videos, blogs y redes sociales, entre otros-  como los internos –grabaciones de call center, correo electrónico, por ejemplo- se sumarán a los provenientes de los dispositivos de la IoT, además de los datos estructurados tradicionales, por lo que el data center deberá estar preparado para una tarea más exigente”, enfatiza.

El Director Comercial de Hitachi Data Systems para Chile, sostiene que actualmente muchas empresas están recolectando datos provenientes de sistemas relacionados con la IoT, pero sólo una pequeña parte es considerada para realizar análisis.  “De acuerdo a un estudio de Forrester Consulting de este año, realizado en empresas de Europa, Norteamérica y Asia, se concluye que si bien un 51 por ciento de las empresas ya recolecta datos provenientes de la IoT, sólo un 30 por ciento de ellas los procesa para analizarlos, lo cual revela que muchas organizaciones aún no visualizan cómo ‘dar el salto’, creyendo que se trata de un tema técnico y no de un tema de negocios”.

También añade que, desde el punto del volumen y el tipo de datos, las organizaciones deberán adoptar una estrategia que les permita filtrarlos, priorizarlos o depurarlos, ya que no todos los datos servirán para los análisis o tendrán la misma vigencia en el tiempo. “La integración, almacenamiento y procesamiento de los datos supone disponer de plataformas más poderosas, pero también más ágiles. La IoT y el Big Data conllevan, entonces, una estrategia renovada en donde se jerarquizan los datos más críticos, es decir, aquellos que servirán en lo inmediato para reducir costos, pero también los que más tarde servirán para conocer más al cliente, tomar mejores decisiones, aumentar la productividad y, por cierto, generar nuevas fuentes de ingresos”, concluye.